jueves, 5 de noviembre de 2015

El momento llegó





Todo estaba preparado.
De acuerdo a su costumbre revisó una vez más los detalles.  Si... todo como fue planeado. No obstante la hora O, estaba cercana, consiguió controlar sus nervios, nada podía fallar, esta vez era la última oportunidad, no había lugar a desperfectos o errores de último momento.  Sería hoy...o nunca.
Depositó lo necesario en su coche...y partió.

El viaje duró más de lo estipulado, el tránsito era infernal, optó por una ruta, quizás más larga, alejada, pero de poca circulación. Llegó unos minutos antes de lo planeado. Respiró profundo. Una calma total lo dominaba. Provisto de lo necesario, se acercó a la entrada de la casa y tocó el timbre.
Al cabo de unos breves minutos, se abrió la puerta.

Un aroma raro, mezcla de incienso, pan tostado y manzanas al horno, lo invadió cuando la mujer, limpiándose las manos en el delantal, abrió.
Ambos se midieron con la mirada, la de ella estremecida entre los rulos. que copiosamente caían por las mejillas, donde la palidez se había instalado. Quiso cerrar, sin siquiera hablar, pero el gato maullando pasó entre ambos. Molesta y desconcertada corrió a buscarlo.  
Quedó parado como una estatua, no atinó a moverse. Le duró unos instantes reaccionar...al volver a encontrarse con ella, cara a cara, se desmoronaron todos sus planes. 
El gato, ya en manos de su patrona, se refregaba entre los cálidos brazos que lo acariciaban, ambos entraron...la dueña de casa lo volvió a mirar, suspiró profundo, un deje de resignación alcanzó a vislumbrarse en su rostro, entró en la casa, la puerta quedó abierta...
El visitante captó la insinuación adelantó unos pasos, entró y cerró la puerta tras él.

A medida que avanzaba, los muebles...las paredes mismas parecían observarle, impactadas por su presencia allí. Sin dudarlo, ahora ya decidido, llegó hasta la cocina. Ella estaba inclinada sacando la fuente de manzanas del horno.

    -¿Ya están listas?- preguntó como queriendo iniciar una conversación.

No hubo respuesta alguna, el ama de casa continuó en su quehacer, ignorando su presencia y por supuesto su pregunta.
Optó por sentarse en una de las sillas acomodadas alrededor de la mesa ovalada, la madera brillaba al recibir los rayos del sol que invadía el recinto.

Por fin se volvió, su mirada era despectiva...
   -¿Esta vez, vienes por mucho tiempo, o es otra de tus visitas de médico?
Sin esperar respuesta, continúa ya alterada...
   -¡Es ilógico que vengas a esta hora, en esta altura de temporada¡ ¡Es lógico para un ser como vos! Invasivo, bohemio, egocéntrico... ¿o es que te quedaste sin nafta en el camino? ¡Ah, ya sé, volviste por ese apolillado pullover que te olvidaste y nunca supe su verdadera procedencia...oh...ya sé...para cerciorarte si el pobre gato-a quien odias- había muerto....

    -¡Basta! -dijo el hombre, tomando fuerzas, poniéndose de pie y dejando los anteojos sobre la mesa y avanzando sobre ella....sus ojos, rojos de furia, no ocultaron lo que en esos instantes pasaba por su mente...la mujer impávida mantuvo su firme mirada directa a aquellos ojos que lo decían todo... levantó sus manos como precaución ante lo que intuyó inevitable...ante este acto de defensa las intenciones del hombre cesaron de imprevisto...

    -No soy violento, nunca lo fui, bien lo sabes...tu proceder merece el peor de los castigos, pero soy incapaz de convertirme en lo que no soy...no obstante ¿sabes qué? no te odio, no...sino te compadezco, si por ser como eres, me trataste como piltrafa y hoy te escondes y pretendes cargarme toda la culpa de lo ocurrido. Sabes muy bien a quien pertenecía el pullover, trata de recordar... aquella noche que tomaste en demasía....como es tu costumbre, dicho sea de paso...no me interesa tu gato, ni me importa si vive o no, se que lo trajiste solo para llevarme la contra, para molestarme, como también era tu costumbre, pues por lo que te conozco no tienes lugar en tu corazón para querer a ningún animalito. Y es más, voy hasta el auto para traer lo que he preparado para ti....

Las pupilas de la mujer se achican, queriendo restablecer la compostura. Un gesto amargo y de odio le ganó el rostro y le terminó de tensar el cuerpo...Levanta la voz intentando ser escuchada, pues él ya se pierde en el sendero que lleva a la calle. Fuera de si, ya no habla, sino grita...
    -¡Mentiras! Viles mentiras! Lo del pullover... ¡ah!  ¡¡¡Me emborrachaste porque querías sacarme del escenario, te convenía, habías visto la rubia despampanante del 5°B!!!. En cuanto a lo de beoda ¿te olvidas que me enseñaste a beber, desde la luna de miel, aduciendo que era más desenfada y fluida la entrega amorosa, si los sentidos estaban desinhibidos? Ahhhhhhhhh en cuanto al minino siempre, quise tener animalitos en casa, pero...era tu temor a ellos lo que lo impedía, hasta resignarme por bastante tiempo a no tenerlos...-

Cada vez alza más la voz...cada vez  más rojo su rostro..., laten sus ojos descontrolados, el cuerpo pierde fuerza y cae en una convulsión larga e imprevista. El gato, desconcertado, se le acerca maullando lastimosamente.

El hombre regresa y se encuentra con una realidad no deseada, se acerca a ella desesperado y sin saber cómo proceder...la levanta en sus brazos y la lleva hasta el dormitorio...la deposita en la cama, se acerca al teléfono y llama a Urgencias pidiendo ayuda...

***

     -Siéntese estimado- dice el médico del Sanatorio- lo llamé pues necesito comentarle sobre el  estado de la Sra, creo que es su esposa, ¿verdad?

    -Estamos separados ya más de dos años...

    -Entiendo, pues bien, por lo que he rescatado después de no pocas tentativas, es que ella pasó un golpe emocional demasiado fuerte, que le produjo un shock, que llegó a ocasionarle un severo disturbio nervioso, al punto tal que necesitará de un cierto tiempo para recuperarse. Por supuesto que requerirá de nuestra ayuda profesional, pero no menos importante será el apoyo de sus seres queridos, descarto que entenderá mi explicación. Cualquier duda que se le presente o algún pedido en especial, quedo a sus órdenes.

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Transcurren unos largos meses...

La mujer en el sofá, lee serena junto a su gato, por  la ventana entra la brisa, que anuncia el cambio de temporada, el rostro relajado y desde la cocina viene el aroma a café...Deja el libro y con cierta dificultad intenta levantarse...

    -¡¡¡Espera mujer!!! ya te ayudo,  si bien es cierto que has reaccionado bastante rápido a los fármacos, no debes hacer locuras- lo dice en tono enérgico pero con un dejo de ternura.

 Se encuentran con  las miradas y la mujer obediente se sienta y le dice con afecto
     -¡Gracias, te has portado tan bien, que no sé cómo agradecerte! En los momentos en que iba recuperando los sentidos, eran tus pasos, tu perfume, tu presencia, quienes siempre estaban...-jajaja- llegué a pensar que eras mi ángel guardián. ¡Creo que algo se ha movilizado en mi cerebro y es para bien! Este gesto no me lo hubiera imaginado…

Turbado, el hombre dice -Bueno, creo que es lo que correspondía o al menos así lo sentí.

    -¡¡¡No!!! Estábamos tan distanciados, estaba tan furiosa...que en realidad no creo que lo merecía, de todos modos, estoy muy agradecida, hasta he llegado a pensar que todo esto que ha pasado fue justo y necesario, para poder volver a mirarte a los ojos y reconocer los errores que me pertenecen…jajajjajajja

Él, entusiasmado, vuelve sobre sus pasos en dirección a la cocina para ocuparse de servir el café. Prepara una fuente con todo lo necesario y en el medio coloca un pequeño paquetito, el mismo que tenía preparado aquel día...que en ese momento pareciera tan lejano.


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Autores:

Ella....María de los Ángeles Roccato (Argentina)
El......Beto Brom (Israel)

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*Registrado/Safecreative N°1511035707387
*Imagen de la Web con anexos
*Música de fondo: Claude Debussy / Sirenes