lunes, 24 de noviembre de 2014

Naturaleza versus romanticismo





(imagen de la Web)



1ra. Parte 

Me dejé convencer. Me pareció un poco reiterativo el negarme nuevamente al paseo. - ¿Nos encontramos a las siete y media cuando yo salgo del laboratorio? - Escuché su pregunta por el teléfono y no atiné a defraudarla. -De acuerdo, te esperaré en la puerta de entrada del edificio.

Éramos novios, según su concepto, desde hace unos meses. Excelente persona, muy de familia, pero no cubría todas mis pretensiones. No existía mayor suplicio para mi gusto, que estar rodeado de naturaleza; suficiente razón para odiar los *paseos por el parque*. Mi noviecita venía insistiendo desde ya varios días con su necesidad, según sus palabras, de pasear, estirar un poco los huesos y tomar aire fresco; - Muy saludable, especialmente a las horas del atardecer - decía, tratando de convencerme.
Aquella tarde, el tiempo reinante no mostraba buena cara. El viento habitaba entre los árboles, soplaba entre las hojas como obligando a escuchar su sonido. Las farolas, ya encendidas, exhalaban amarillentas sombras que no distinguían su final. Todo anunciaba un desenlace no previsto. Nos sentamos en un banco frente a una destartalada glorieta que daba pena y lloraba su apariencia. No mostré en lo más mínimo mi estado interior. Escuchaba los comentarios sobre los progresos de la investigación que ella realizaba sobre ciertos insectos, en el laboratorio de la Universidad, y en el momento que me consultó por qué estaba tan callado, escuchamos un chasquido entre la maleza. Me puse de pie al instante. 
- ¿Y eso qué fue? ¿Escuchaste? 
- Seguramente una ardillita o un gato, quedate tranquilo.

Ella no dio importancia alguna al ruido. Y continuó con sus relatos. Podría ser que mis temores serían infundados, frutos de mi imaginación. Pero al apagarse los faroles en forma repentina, el asunto ya cambió. La tomé de la mano y sugerí buscar la salida. 
-¿Qué apuro tenemos? ¿No es más romántico en la oscuridad? ¿Cuál es tu temor? Noto que estás temblando. Quise explicarme:
-De niño, cierta vez me perdí en un bosque, la pasé muy mal, me quedaron malos recuerdos; no lo tomes a mal, preferiría volver, no me siento cómodo. Quiero que me entiendas, no es por tu culpa, soy yo. 
-Mi querido, ven que te abrazo, quizás ayude a consolarte . . . No terminó de pronunciar sus románticas palabras, cuando un grito llenó la inmensidad del parque. Mi temor se transformó en miedo, no sabía a que atenerme. 
-¿Qué es ese grito? Alguien está pidiendo ayuda ¿Qué podemos hacer? - exclamé en un estado de desesperación, no me podía controlar. 
-¡Vamos! Escapemos de aquí, algo raro pasa . . . las luces y ahora los gritos ¡Vamosssss! 
En pocos segundos las luces volvieron a dar vida al atardecer ya casi extinguido. 
-Viste cobardón que no fue nada. ¿Qué estabas contando?

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 Buscando la mirada que me salva aún trato de escapar de una y mil formas. No quiero darme cuenta que la vida es algo más que pétalos de rosa. (*)

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 2da. Parte 

Así pasó ese momento, para ella feliz para mi terrorífico. La dejé en la puerta de su casa y decidí entonces que me hacía falta despejarme un poco y caminando pausadamente me dirigí a la cafetería. Aquel, fue uno de esos días en que el otoño se me impregnaba en la piel, las hojas caían sobre mí, mas no resbalaban, se adentraban, me consumían. Me reclamaban ¿Qué pasó? ¿En dónde te perdiste? No lo sabía, debía averiguarlo. Entré y vi que la barra estaba llena, pero logré encontrar un hueco. Yo miraba de vez en cuando alrededor, expectante, con disimulo. Comencé a divagar, buscando si tenía un presente o si mi presente era el fin. Como dije, no lo sabía, pero sí sabía que el miedo me paralizaba y que no podía seguir así, debía buscar una solución. Quizá escaparme de mí mismo o del lugar. Pero no, ella no tenía la culpa; debía ser sincero y decidirme qué es lo que quería hacer, quedarme con ella o no. Y también debía enfrentar mis miedos. Nunca podría olvidar ese horroroso día cuando tenía apenas 8 años... habíamos ido al bosque con mis primos; ellos eran más grandes que yo. De pronto, es como si no hubiera pasado el tiempo. Todo el pasado regresa y se hace nítido, palpable . . . “Me perdí, Vengo caminando por el parque. Rápido. Siento algo que se desplaza por un lado del camino. La tarde oscurece y la visibilidad disminuye. Decido avanzar más rápido y llamo a mis primos por sus nombres... no hay respuesta. Acelero el paso para alcanzar la vereda por la cual se sale del parque, lleno de árboles altos, arbustos tupidos y escondrijos entre sus ramas. Ya casi alcanzo la salida y la oscura presencia se abalanza sobre mí. Salgo ileso, aunque el corazón parece saltárseme del cuerpo. Sólo sé que corro, que corro con miedo, que corro donde creo que estaré a salvo. No sé cuánto dura, hasta que de pronto . . . me choco con mis primos. Ahora sí estoy a salvo. Me siento seguro. Hay viento. Las nubes avanzan detrás de otras nubes. Pero para mí es como si hubiera salido el sol”. 
Pienso: últimamente me he estado comportando bastante paranóico. Quizá el haber ido hoy con ella al bosque me sirvió de cura, ya no debo tener miedo. Salgo del bar decidido, mañana la invitaré a ir al parque. Sé que adora ir allí y más en esas tardes melancólicas por la lluvia como promete ser el día siguiente. Será un día especial, conversaré con ella y le diré qué tengo pensado hacer con mi futuro y el suyo. Sé que no me arrepentiré porque con el tiempo . . . 


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 “Derrotaremos juntos la angustia del silencio engendraremos hijos que nunca tendrán miedo capaces de conquistar con amor el universo”.

(*) (*) JOSÉ RAMIRO FLOREZ MÉNDEZ

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 Primera parte: Beto Brom (Israel) 
Segunda parte: Ana María Hernáez – Q.E.P.D. (Argentina)

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*Registrado Safecreative
*Música de fondo: F. Lizt / Consolation N°3


Conversación en un banco de la plaza



I 

 El trabajo en la agencia de publicidad era agotador, Lorna no daba a vasto con todo lo que su jefe esperaba de ella para atender sus demandas… Su labor como secretaria no era fácil, dado el carácter del jefe que era muy exigente y a quien ella debía atender desde servir café en reuniones hasta recordar la fecha del cumpleaños de su esposa para enviarle flores en su nombre… Y por si eso fuera poco también le pedía ayudar a sus hijos con las tareas escolares trayéndole los cuadernos de los niños los fines de semana por lo que le pagaba tiempo extra lo que resultaba muy conveniente para ella. Vivía sola y su corto presupuesto la obligaba a pasar su hora de descanso en un banco de la plaza donde hacía su frugal almuerzo que constaba de un sándwich y un jugo de naranja. El clima favorable de su ciudad acompañaba esa costumbre que muchos otros funcionarios compartían a la hora de su descanso… Fue cierto día del mes de septiembre cuando la primavera explotaba sobre el ramaje de los paraísos y el perfume invadía los sentidos cuando Lorna ve que se encamina hacia ella un joven elegantemente vestido, de unos cuarenta años con su note book a cuestas y comunicándose por whatsapp indiferente a el sol las flores silvestres regadas por el césped, los canteros cubiertos de pensamientos y la estatua de un prócer impávida y fría. Las personas conversaban animadamente… todos los bancos se encontraban ocupados también con algunas parejas de enamorados que ignoraban a los demás bajo el tibio sol primaveral. 
Fue entonces que el joven se aproxima a Lorna pidiéndole permiso para acomodarse a su lado siguiendo absorto en el manejo de su celular, así sin hablar, con un leve ademán de su mano libre. 
-Por supuesto, no es molestia, por favor. 
-Ahhh… gracias srta,.. muy amable. 
-Veo que está muy ocupado con su celular, siga, siga, no lo molestaré. 
-Ohhh, perdón por mi falta de respeto, lo que pasa es que recibí una contestación a una solicitud de empleo y no me dí cuenta... 
-No está bien, no es necesario disculparse, he sido yo la que lo molesté, disculpe mi indiscreción. 
-No soy de la zona, ¿Ud. vive por aquí? 
-¿Porqué lo pregunta... ¿Ud, si? 
-Vamos a ver, mi nombre Felician, ¿y el suyo? 
-Lorna, y con respecto a la primera pregunta, no, no vivo por aquí, sólo estoy en mi descanso del trabajo. Quédese tranquilo, en unos instantes me marcharé pues no deseo llegar tarde a la oficina. 
-Que lástima... me agradaría continuar la charla, el lugar y el tiempo son buena compañía, ¿seguro que ya debe irse? 
Lorna en ese instante sintió que el rubor de sus mejillas la delataba pues había quedado impresionada con la presencia del joven y no estaba acostumbrada a relacionarse con desconocidos…en ese momento decide ser mas audaz que de costumbre y le dice... 
-Si, debo regresar a la oficina pero podríamos continuar la charla en otra oportunidad, tal vez mañana aquí en la plaza a la misma hora… 
Felician sugiere: -¿Por qué no esta misma noche? ¿Podemos encontramos para tomar un café en el Tortoni? 
Luego de un breve silencio bajando la mirada le responde: -Está bien a las 8 entonces - y salió apresurada casi sin voltear la mirada. 

 II 

 Mientras caminaba hacia el lugar de la cita, Felician decidió no llegar con las manos vacías y por suerte encontró un puesto callejero de flores; la vendedora, una simpática viejita lo miró directo a los ojos, 
-¿Es para una mujer con la que debe encontrarse, ¿verdad? Asombrado ante tal acierto, sólo atinó a decir, 
-Si, abuelita, y por favor, elíjame algo bonito. 

Como por casualidad llegaron juntos, él caminando y ella en taxi. Por ser su primer encuentro con un hombre, fuera de lo relacionado con su trabajo, Lorna pasó la mayor parte de la tarde, revolviendo su ropero en busca de algo cómodo y nada que llame demasiado la atención...casi sobre la hora, y dejando toda una parva de ropa sobre la cama, salió a las corridas, con un vaquerito verde y una remera amarilla pálida, eso sí, colgó de su cuello su inseparable pañuelo rosado. 

-Me encantan las personas puntuales, Lorna, nada común en las mujeres... 
-Soy de cumplir acuerdos, dijimos a las 8, y aquí me tiene, ahhhh... que hermosas rosas, ¡¡me encantan!!, bueno... ¿entramos? 
-Por supuesto, entremos... preferiría una mesa cerca de una ventana...¿o quizás le molesta que la vean desde afuera? 
-Veo que es una persona sumamente perspicaz, y ello me gusta, busquemos algo en el interior, ¿si? 
Se ubicaron en una mesita, debajo de un antiguo cuadro en el cual relucía un brillante bandoneón. 
-Elegí este lugar, pues soy loco por el tango, en especial los de la guardia vieja...¿le gusta el tango? 
Lorna con una sonrisa que emanaba desde el brillo de sus labios, le contesta: 
-Si que me gusta el tango, lo llevo en la sangre, mi padre era bandoneonista… cuantos recuerdos de otros tiempos cuando solíamos acompañarlo de gira con mi madre…han pasado muchos años desde entonces por eso quise que nuestra cita fuera aquí donde puedo revivir tantas horas felices... - Lorna bajando la mirada agrega que hace mucho tiempo que se mantiene dedicada solo a su trabajo y del trabajo a su casa. 
Suenan los bandoneones mientras dejan enfriar el humeante café cuando Felician le dice: -¿Tomamos algo mas fuerte... tal vez un cogñac? A lo que Lorna asiente con un movimiento de cabeza. Entre tangos a media luz el clima entre ellos se hace mas íntimo tomándose de las manos… ella siente un escalofrío que le recorre la columna… hace tanto tiempo que un hombre no la acaricia que no siente la presencia masculina... desde aquel trágico día de 1999 en que falleció Adrián en aquel accidente. 
Esa noche ella olvidó todo mientras lloraba el tango en la penumbra del ambiente, se borraron las tristezas los dolores los problemas de trabajo y sus problemas económicos… todo se tornó en magia. Era como Cenicienta … sin saber hacia donde se dirigían estas dos almas se sentían embelezados el uno por el otro olvidando todos sus pesares… ¡que sorprendente es la vida! pensaba Lorna…¡Cuánto tiempo hace que no me sentía tan feliz! No obstante fue su primera cita, pero ambos sintieron como si se conocían desde hace tiempo. Se despidieron con un delicado beso, una sonrisa fue compartida entre ellos. Quedaron en reencontrarse al mediodía siguiente en el banco de la placita. 

 III 

 Un mal entendido con su jefe, obligó a Lorna, viajar fuera de la ciudad por todo el día. Cerca del mediodía recordó a Felician, que con seguridad la estaría esperando, y en dicho momento se percató que no habían intercambiado los números telefónicos. La noche anterior, fue tan especial, tan aromática, que ese pequeño detalle nadie lo tuvo en cuenta. El trajín del trabajo y los nervios
acumulados desviaron sus pensamientos por el resto del día.

Felicián llegó a tiempo a la plaza, se sentó y no sacaba los ojos del caminito desde el cual aparecería Lorna, con su sonrisa de la noche anterior, ahhhh… que noche, como la disfrutó... Pasó la hora y la intriga ocupó sus pensamientos, estaba más que seguro que ella llegaría, no podía ser de otra forma. Pasó una hora, malhumorado, con la mente llena de dudas e interrogantes, abandonó la plaza, pues no tenía forma de comunicarse con ella, desconocía su número de teléfono, ufff... grave error. 

 IV 

 Se escuchaba el sonidos de sirenas que aturdían y se acercaban a la esquina de Montevideo y Chaco… era una ambulancia que se abría paso entre el tráfico que era muy pesado a esa hora en la ciudad de Buenos Aires… La gente se aglutinaba en esa esquina… Mientras los médicos y enfermeros se iban abriendo paso entre la multitud… y allí estaba esa hermosa y joven mujer que yacía inerte en medio de la calzada mientras ellos intentaban reanimarla… pasaron los minutos ante la angustia de los transeúntes que se detenían para observar, pero todo habia sido inútil… El accidente habia sido fatal para Lorna. 
Su vida había terminado sorpresivamente, así… sin esperarlo, justo en el momento en que se insinuaba la esperanza de que la felicidad podía haber regresado a su vida… 

Mientras tanto Felician sigue expectante, fumando un cigarrillo y atendiendo a los llamados de su celular se levanta del banco de la plaza ignorando que nunca más sabría de aquella hermosa muchacha con la que pasó tan gratos momentos conversando y sintiendo que la vida siempre nos sorprende… lleno de esperanzas, de todos modos había decidido regresar todos los días a la misma hora a ese banco de la plaza para volverla a ver sin saber que ya nunca jamás volverían a encontrarse. 

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Lilian Viacava Dama de la Poesía – Uruguay 

Beto Brom – Israel 

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*Safe Creative Código: 1411052480075
*Música de fondo: Astor Piazzola - Escualo
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jueves, 13 de noviembre de 2014

Dialogando con mi otro yo




 (imagen de la Web)

-Perdona, pero últimamente te noto nerviosa, a tal punto que ni siquiera hablas conmigo, y por supuesto ni me consultas, ¿que tienes en mente, compinche?

-Hola amigo mío, te ofrezco sinceras disculpas por tanto silencio de mi parte y tienes razón, me encuentro ensimismada en este mi mundo lleno de tantos altibajos, a veces, sin saber que hacer, a quien acudir. He pensado en ti muchas veces, escribirte, pero luego mi mente me retrotrae y me dice que no te cope con mi día a día, que tal vez tú, puedas leer mis pensamientos, llegar un día hasta mí, abrazarme y decirme: -Estoy aquí, cuenta conmigo- Y llorar entre tus brazos como cuando era una niña, en donde sentía tu consuelo con tan sólo una mirada y colocabas algún remedio para mi rodilla lastimada.

-Te escucho y no salgo de mi asombro, ¿tu confundida por lo que te rodea? tu que siempre supiste salir airosa de toda valla que encontraste en el camino...
Sabes donde y como encontrarme, sólo debes quererlo, aquí estoy, cierra tus ojillos y cuentame lo que te aqueja, al fin y al cabo somos casi iguales, ¿no?

-Sí amigo mío, tienes toda la razón, como muchas otras veces he subido a la superficie, luego de arañar, dejar mis uñas compactadas con el cruento cemento que más de una vez me ha separado de la realidad.
¿Y tu? ¿Dónde estabas? ¿Es que acaso no me presentías en el fuerte llanto que mis ojos derramaban?

-Siempre estoy a tu lado, mucho más cerca que tu sombra. Preguntas sobre tus lágrimas, las vi, las sentí, tu improvisto salto a la realidad, empaño de felicidad todo nuestro ser, ¿no percibiste ese temblor que sucumbió nuestras entrañas?, por supuesto que si, era yo, ¿porque dudaste? 

-Nunca he dudado de tu presencia infinita en mi ser, más sin embargo, cuanta falta me hace el calor de tus brazos rodeando mi cintura, susurrando a mi oído que no estoy sola.

-No cambias tu postura de mujer fatal; si, con seguridad tomarás esto como una estocada de mi parte, pero...me conoces, no admiro esa faseta tan peculiar tuya, que la utilizas cuando no encuentras escapatoria y debes decir tu verdad.
No te enfades, todo queda entre nosotros...

-¿Postura de mujer fatal dices? ¡Oh no! No sabía que tus ojos tan azules como el mar rozagante pudieran mirarme de esa forma tan lejos de mi verdad. Y no, no me enfado amigo mio, solo que me quedo pensando ¿En cuantas más personas pensaran así de mí?

-Presumí tu lógica reacción. ¡Tanto te conozco!, no es posible separarnos, es un hecho. Hablas sobre tu verdad, ¿a cual te refieres? Eres como eres, te acepto sin titubeos, por lo tanto no aconsejo que cambies. Y con respecto a tu pregunta, ¿Tanta importancia tiene el qué dirán?

-Siempre presumes de todo jajajaja yo también te conozco tanto, casi diría yo que somos siameses desde la distancia que nos separa, pero que al mismo tiempo nos ha mantenido unidos desde siempre. ¿Mi verdad? ¿No entiendo? ¿Sabes? Muchas veces me desconciertas. Puedes estar tranquilo no cambiaré, no tendría sentido pretender ser quien realmente no soy. A estas alturas de mi vida, vieja y cansada, ya el que dirán no significa nada, en cambio lo que yo pueda decir, sí. Sé tantas verdades, qué abrir tantos cofres ocultos, muchos de ellos con la llave perdida, sin saber donde pueda encontrarse, ya no tiene sentido soltarlas al viento para que muchos otros se enteren. He decidido permanecer arriba, en una montaña imaginaria, en donde solo pueda sentir el palpitar de mis mañanas...

-Soy tu espejo interior, íntimo mejor dicho, no trates de esconderte, yo todo lo veo, y es más, percibo tus sentimientos, palpo tus dudas y permito esconder tus secretos.
Dices encontrarte allí, en la cima, mirando el sol del día de mañana, apacible sensación que me encanta compartirla. Somos el uno para el otro, y no importa que perdimos la llave del cofre de los recuerdos, los vivimos y ello es lo que cuenta, ¿verdad?

-Somos un reflejo del eco de las montañas en donde el viento no puede ocultarme, me lleva hasta ti recién bañada de arco iris, con el aroma de las flores que puedes percibir aunque yo no este. Entre tu y yo, todo prevalece, es importante, nos mantiene vivos...

-Camina en libertad, yo, a semejanza de una  sombra, acompaño tu continuidad, confía en mi.

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Ella: María Alejandra Jiménez (Venezuela)
El otro yo: Beto Brom (Israel)

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*Registrado-Safecreative N°1303074735168

*Música de fondo: Brahms / Symphony N°4 in E minor

miércoles, 12 de noviembre de 2014

Consejos implantados




(imagen de la Web)

 
Desde mi punto de vista y al encontrarme frente a un hecho de descalificación de un padre a su hijo pienso que jamás un niño, adolescente o joven debe ser denostado o comparado en cualquier ámbito de su vida con alguno de sus pares, pues con ello puede llegar a experimentar tanta inseguridad y miedo a fracasar que quizás no intente el superarse. Tampoco los padres deben escoger el camino de sus hijos, es señal de amor el guiarlos pero no así el negarles el experimentar sus propias experiencias ya que con ello y aun con sus equivocaciones es donde van formando su carácter, su propia personalidad y van teniendo conciencia de su propio valer. ¿Será que en vez de ser los guías, algunos padres se creen los dueños de los destinos de sus hijos y con ello les van cerrando los caminos de sus intereses, de sus sueños, de su propia vida?.
 
Muchas preguntas enunciadas y decenas de respuestas necesarias.
Siempre mantuve lo importante de aparecer en el mundo en un lugar que se nos espera con alegría y ansiedad.
Nuestros padres ya desde un principio, se abocarán a enseñarnos lo que si y lo que no, aquello se puede y esto no se puede, esto es blanco y esto negro. Por lo general el gris, es desconocido, al igual que lo tibio, sólo existe lo caliente y lo frío. No hay mitad, o todo o nada.
Vamos creciendo protegidos, como dentro de una campana, lejos de poder enfrentar lo de afuera, lo distinto y lo quizás malo, es decir lo contrario de lo que palpamos a nuestro alrededor que por supuesto es lo bueno.
-Mira como come papá, mira como agarra la cuchara mamá- así debe hacerse, no distinto, igual, así es lo correcto, no es necesario pensar, y menos que menos dudar, esta es la forma, así debe ser.
Y lentamente pero como un plan pre-fijado, el niño crece, se desarrolla, sin tener posibilidad de discernir, por si solo, que debe hacer, cómo, cuándo y porqué.
 

Preguntas que tendrán respuestas de acuerdo a como hemos ido pavimentando el camino de nuestros hijos, de hecho, no somos perfectos como tampoco nacemos sabiendo como ser padres, pero llevamos encima de lo que recibimos siendo hijos, y de ahí se desprenderá nuestro actuar con ellos, repitiendo lo que recibimos o cambiando aquello que consideramos fue poco afortunado en nuestro crecimiento y desarrollo.
Tienes razón, muchos de los padres creen que la manera correcta de enseñar es estar en lo extremos.Tomando un ejemplo cualquiera, se puede decir que, o son demasiado permisivos o son demasiado estrictos, no hay término medio para nada. Para mi manera de pensar, es nuestra tarea el corregirlos y guiarlos frente a cualquier desacierto que cometan ya que de esa manera es como van aprendiendo, pero no por ello vamos a protegerlos al extremo de no dejarlos explorar el mundo para que vayan descubriendo cosas por sí mismos. Por mucho que nos angustien sus penas, debemos aceptar y reconocer sus derechos de experimentarlas y no envolverlos en esa burbuja de fantasía que nos los dejará crecer ni tomar llegado el momento sus propias decisiones.
¿Cuál debería ser nuestra actitud frente a sus demandas? Desde mi parecer, debemos alentarlos siempre a que tengan fe en sus ideas, sus opiniones y propósitos para que así comprendan que a medida que van creciendo deben irse adecuando al medio, pero que también sepan defender con respeto su derecho de pensar y actuar por su propia cuenta, siendo nuestra mayor obligación el enseñarles a ser responsables de su propia existencia empleando nuestra autoridad con ternura, con  eficacia, soltando o reteniendo las riendas de sus vidas cuando sea necesario.
¡Qué difícil se hace a veces el camino de ser padres!...

No es difícil, es complicado, pero no para todos los padres, en especial para aquellos que ven en sus hijos una sombra que camina delante de ellos, una réplica de ellos mismos, una continuidad de su personalidad, una imitación fidedigna de su idiosincrasia.
Las "cuerdas de sostén", de padres responsables, a su criterio, provocan en infinidad de casos esa retención para actuar en forma libre, pues el ojo visor de sus progenitores, siempre se mantiene alerta, previniendo posibles interferencias en el sistema de comunicación entre ellos.

Por supuesto, no hay una regla idéntica para guiar a los hijos, por lo que, no todos los padres ven en sus hijos la continuidad de sus vidas obligándolos con ello a realizar sueños que ellos dejaron inconclusos. Pero, debemos tener en cuenta que al traerlos al mundo tenemos, sí o sí, obligaciones con ellos y que aunque regañen les debemos poner ciertas normas e inculcarles principios sólidos para que sobre ellos establezcan sus vidas. Finalmente, de una manera u otra,  estamos en deuda con ellos y simplemente debemos tener en cuenta que si les damos lo que es necesario, podrán a su vez traspasar algo para cuando ellos tengan sus propios hijos.
Definitivamente, no hay fórmula mágica para ser padres...

La razón contigo, faltan escuelas para padres, cada uno se convierte en autodidacta. Queda pendiente de la suerte, quienes serán nuestros primeros maestros.

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Cristina Hauri.....Chile

Beto Brom.........Israel

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*Registrado-Safecreative N°1207091942236
*Música de fondo: Isaac Albeniz-Suite Española-Granada

martes, 11 de noviembre de 2014

Eslabones misteriosos




-Creo haber entrado en un laberinto donde su tramado me impide reconocer lo subjetivo de lo objetivo..¡¡¡estoy irremediablemente perdida!!!

Unos pasos detrás de ella, y apresurando la marcha, se acercó su compañero de aventuras.

-No temas, aquí estoy para guiar tu camino, mi lámpara de la clarividencia permitirá que logres desocupar tu mente de esas imprevistas vicisitudes.

-¿Crees que podrás ayudarme, en este buceo hacia las aguas profundas y viscosas, que hoy a  la incertidumbre me lleva?¡Disculpa y espero entiendas mis dudas! ¿Alguna vez tuviste la sensación de vagar en un salar sembrado de ardientes leños o deslizarte entre un tumulto de sombras que enojosas o burlonas acuden y se desvanecen con la misma intensidad, sin darte tiempo a procesar el mensaje?

-Es imprecindible recapacitar para lograr ver de cerca lo que se encuentra lejos. Todo es relativo, hoy te sientes alienada por tus conjeturas, que por lo visto atascan tu raciocinio impidiendo retomar el norte de tus pensamientos. No inclines tus antenas, capta esa voz interior que te llama, agudiza tus sentidos, ten confianza en mis palabras, estoy para ayudarte, no lo olvides.

¿Recapacitar? Amigo mío se puede hacer cuando las aguas están calmas, cuando la respiración nutre y no cuando ahoga ¿Has experimentado cuando  la angustia  se desata y el llanto se convierte en doloroso gemido o estalla en grito crispado? ¿Has sentido alguna vez que el alma se te escapa por cada poro de piel ?

-Desesperar nunca es solución, sino mas bien escape. Nuestros sentimientos reflejan estímulos y tratar de encauzarlos requiere sólo decisión, inclusive a costa de nuestra voluntad.

-Tienes razón en parte pues una frase que creo anónima dice que “soldado que huye, sirve para otra guerra” jajaja, pero ahora, en serio, muchas veces es bueno y creo que hasta saludable, “caer en las brasas” para poner en juego todas las potencialidades que muchas veces ignoramos que poseemos. Vale decir recorrer los laberintos y sentir que los sentimientos y los sentidos se enajenan …¡Ah que cautivante parece ser- lo estoy experimentando - el estar frente al precipicio y sentir la fuerza que te llama a dejarte caer…!¡que fantástico parece dejarse llevar por la adrenalina que reclama acción y te enajena…y hasta parece ponerle un buen condimento para romper la rutina.

-Mala compañia la rutina, amigaza, siempre es imprescindible avanzar, negativo es quedarse inactivo, pues en ese instante comenzamos a retroceder, y si creemos ver ante nosotros un abismo sin fondo, tomemos una buena bocanada de aire y saltemos...la valla no es infinita, verás que será fácil intentarlo para lograr llegar a buen puerto y gozar de un costa apacible.

-Bien, ya que pareció a primera vista que nuestras posturas eran antagónicas, siento que vamos, a pesar de todo, encontrando hebras que logran desenvolver la madeja. Apruebas entonces que haga la experiencia-que por otra parte ya hice y me encantó-, de tirarme al vacío y es cierto, tiene fondo y lo grandioso es el haber vivido el desafio. En cuanto a la rutina, comparto tu postura,  a la cual agrego un pequeño detalle que quiero hacerte notar…no siempre detenerse es retroceder. Muchas veces es saludable parar para analizar y trazar nuevas estrategias, que sólo son posible, desde la aparente quietud.

-Encuentro cierta avenencia en tu decir, querida amiga, siempre es positivo mirar sobre nuestro hombro y examinar las huellas que quedaron grabadas en el camino. Aprecio que mis humildes consejos lograron despojarte de ese molesto soponcio que te aquejaba. Contento que así resultó.

-Amigo mío más que consejos ha sido sentir, la sincronización de los corazones, saber que hay un espejo humano donde mirarse, poder hablarle y esperar la respuesta, que puede  ser o no la esperada, pero seguramente es sincera, estimulante y reparadora. Son los misteriosos eslabones que tiene la amistad, que si se recorren despacio apreciando su dimensión, color y rítmico insertado, nos permiten andar en cuerdas invisibles, atravesar vendavales insospechados o penetrar en las tinieblas más fantasmales y no obstante vislumbrar la luz, la confianza y el sosiego.


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Autores
María de los Angeles Rocccato (Argentina)
Beto Brom (Israel)

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*Registrado-Safecreative N°1411042475647
*Música de fondo: L.van Beethoven / Moonlight-sonata



viernes, 7 de noviembre de 2014

Preguntas reincidentes



*La pregunta revolotea ya tiempo en su mente ¿En qué momento el escritor deja de serlo y se convierte en su personaje de turno? Ese que atrae su atención para integrarse al contexto circunstancial y formar parte del conjunto que lo rodea.

*No encuentra la respuesta, tal vez porque no quiere encontrarla, pues ¿Qué ocurriría con la magia de su pluma si se volviera objetiva? Es esa ambigüedad que lo vuelve poeta, relator, contador de historias. Así, de un modo impensado, deja que la musa le susurre al oído, y entonces desiste de ser escritor para convertirse en “tipeador”

*Sin quererlo, una fuerza que llega desde su más profunda entraña, primero exige, luego implora, elevándose para llamar su atención; quiere participar en la contienda que el artista libra contra sí mismo. Quiere ser él, su próximo personaje ¿Será posible?  
                            
*Y no cabe lugar a la negación, el escritor no puede luchar contra su esencia, si es que la tiene, si es que no la extravió en el devenir de ficciones que se funden en su mente, estigma que convulsiona su existencia, pues ha dejado de ser hombre, humano, individuo. Perdió su identidad; es mujer, hombre, niño, guerrero, amante solitario, lobo oculto en las estepas. El poeta se reviste cada día con una nueva existencia, esa que le otorga la musa.

*Qué es la musa, sino el escondido y nunca bien preciado otro yo, que se aprovecha de la sombra, y actúa, a semejanza de un avezado y viejo zorro, para incitar, o a veces detener la marcha de la pluma, siempre presta a atacar el blanco papel para así, demostrar su valor.

*Finalmente, el escritor es un ente sin vida propia. Es ese individuo que se recluye en la soledad, que renace con cada inspiración, y que es presa de la muerte cuando la palabra FIN es la postrema de cada producción. Padre que da vida, padre que da alas, padre que entrega su hijo al mundo, esperando, siempre esperando que sea aceptado y amado.


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Myriam Jara (Argentina)
Beto Brom (Israel)

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Registrado-Safecreative N°1408121743292

Música de fondo: Sadness and Sorrow