-Al
crearse la vida todo ser humano comparte dos cosas en común que jamás han de
cambiar: el nacer y el morir. Generalmente, salvo excepciones, no es de interés
para la mayoría el saber las circunstancias de su nacimiento, pero sí el hecho
de saber que los días van restando su permanencia en este mundo. ¿Por qué será
que el hecho de partir asusta a muchos, aun a aquellos que están en la mejor
fase de sus vidas? Bueno, siendo honesta, creo que también en algún momento de
mi vida y ante la pérdida de algunos seres queridos me he sentido un tanto
temerosa ante la idea de que en algún recodo del camino está mi final, pero, la
pregunta que nos hacemos muchos, ¿el final de qué?...
Es verdad que en el trayecto de la vida vamos quemando etapas, vamos en una sucesión
de cambios donde éstos representan algunas veces un gran salto hacia adelante y
otras un desalentador retroceso, vamos cerrando ciclos, algunos dolorosos pero
sabiendo que aun mirando hacia atrás el camino recorrido no podemos volver
hacia él, pero sí podemos apoyarnos en ese ayer para mejorar el hoy y enfrentar
el mañana con más fuerza. ¿Acaso la vida no es como una obra de teatro, donde
cada uno es protagonista de su historia y donde nuestra representación no puede
ser eterna y por ello el día menos pensado por las razones que sean, debemos
bajar definitivamente el telón? ¿Qué nos queda al bajar ese telón?
-Querida
amiga, llama mi atención el hecho de que otorgas mínimo valor al nacimiento del
hombre; en mi humilde opinión, es el de mayor transcendencia, al punto que
marca un sello imborrable que lo acompañará durante su paso por este mundo.
En cambio, morir, sólo representa una etapa más del recorrido, o como tú lo describes, asemejándolo a una obra de teatro. Estoy de acuerdo contigo que representamos día a día, cual actores, un libreto pre-establecido, y por lo tanto a semejanza de aquellos peones de escena, tratamos de perfeccionarnos en cada puesta en escena.
A tu pregunta, respuesta sencilla, a nosotros no nos queda nada, vinimos solos y solos nos vamos.
En cambio, morir, sólo representa una etapa más del recorrido, o como tú lo describes, asemejándolo a una obra de teatro. Estoy de acuerdo contigo que representamos día a día, cual actores, un libreto pre-establecido, y por lo tanto a semejanza de aquellos peones de escena, tratamos de perfeccionarnos en cada puesta en escena.
A tu pregunta, respuesta sencilla, a nosotros no nos queda nada, vinimos solos y solos nos vamos.
-Amigo, ¡no!, no le otorgo escaso valor al
nacimiento del Hombre, solamente expongo que ante la vida no nos preocupamos
mayormente pues la tenemos, la vivimos, la palpamos, la disfrutamos, en cambio,
ante la perspectiva de la muerte, el saber que nuestros días están contados es
algo para muchos misterioso, lúgubre y perturbador. Es cosa de estar con
personas y te aseguro que de diez, más de la mitad de ellas que aun
gozando de la vida, más le temen a la muerte. ¿Por qué ese temor? , ¿Será acaso
porque desde niños no hubo esa enseñanza que la vida nace de la mano con la
muerte?
Entrando un poco a filosofar ¿es posible que el Hombre siendo un ser tan complejo, revestido de sentimientos, de emociones, de sensibilidad haya venido al mundo para luego desaparecer completamente? o ¿acaso realmente la muerte es un cambio a otra forma de existencia?
Entrando un poco a filosofar ¿es posible que el Hombre siendo un ser tan complejo, revestido de sentimientos, de emociones, de sensibilidad haya venido al mundo para luego desaparecer completamente? o ¿acaso realmente la muerte es un cambio a otra forma de existencia?
-Quizás
te resulte un poco extravagante mi opinión, pues creo que esta vida,
es sólo una etapa más que recorremos, llegamos sin ser consultados, nos
vamos, no siempre deseosos de hacerlo, y por lo general sin saber con certeza
el momento crucial en el cual emprendemos nuestro próximo viaje.
Sigo sin comprender el miedo de la mayoría de los
humanos, con respecto a ese misterioso viaje, que sabemos, sin lugar a dudas,
que tarde o temprano debemos afrontarlo; es por ello que mantengo la creencia
de que debemos vivir cada día, considerando que tal vez sea el último de esta
etapa. Por lo tanto disfrutemos cada instante, gocemos de nuestros queridos...en
fin ¡¡vivamos!!
-¡No!, no
encuentro para nada extravagante tu opinión y coincido plenamente contigo en
que hay que vivir cada día como si fuese el último, es decir, no hay que añorar
tanto el ayer ni temer al mañana, simplemente saborear el hoy que es el
presente y la realidad de nuestra existencia.
Concluyo diciéndote una frase que leí alguna
vez y que es parte de lo que pienso: "La Vida y la Muerte tiene muchas
variantes, difícil dar con la respuesta exacta y definitiva"
|||||||****|||||||||
Amigos:
María Cristina Sforzini Sepúlveda (Chile)
Beto Brom: (Israel)
*Registrado/Safecreative
N°1602086465422
*Imagen de la Web (con texto
agregado)
*Música de fondo: J.S.Bach /
Brandenburg-concerto N°5
gracias por invitarme a la visita ...es una gran página de un gran amigo
ResponderEliminarGracias mil por llegarte, amigazo.
EliminarMucho lo agradezco.
Shalom,